El aprendizaje fue brutal, no solo por los conocimientos de Biología, anatomía, fisiología, microbiología, etc. sino por la experiencia compartida y sobre todo las prácticas con los pacientes que venían a ser tratados por nosotros al Centro Universitario. Recuerdo una señora que se había operado varias veces de los pies y por una negligencia médica se encontró que no podía andar, era emocionante escucharla diciendo que sólo con esta terapia había recuperado la movilidad. También venían las madres con sus hijos para que los tratásemos, recuerdo una en particular que vino con su hijo muy pequeñito , que estaba lleno de ronchas y le picaba mucho. Después de tratarlo nos escribió que se le había quitado por completo. Esa primera toma de contacto con la técnica me causaba sentimientos encontrados, por una parte veía los testimonios de las personas a las que tratábamos ( En principio nos dividían en grupos y nos asignaban a cada grupo un paciente o varios, en función de los que hubiesen asistido). Por otra parte yo tenía muchas resistencias a creer 100 % en la técnica, pues era muy “mental” y aunque tuviese la evidencia, mi mente no estaba todavía preparada para aceptarlo.

Fui avanzando, aunque a veces daba un pasito adelante y dos para atrás, por las resistencias que he comentado y porque me entraba el miedo a cuando yo estuviera sola delante de un paciente, si iba a ser capaz de aplicar la técnica con éxito.

Por eso, al principio, no se lo comenté a prácticamente nadie de mi círculo, pero en casa, empecé a aplicarlo, recuerdo que a mi hijo Javier, le sangraba muy frecuentemente la nariz y le causaba mucha molestia en el Colegio, porque incluso a veces haciendo un examen , tenía que parar y avisar al profesor , porque no se le cortaba el sangrado, también en el patio en clase de educación física, etc. Lo traté con Biomagetismo y después de esa única sesión, ya no le volvió a sangrar. Para él supuso una gran diferencia.

En otra ocasión mi hijo pequeño, Ignacio, vino del Colegio y me dijo “ Mamá tengo un problema “, (con estas mismas palabras), se levantó la camiseta del uniforme y ví
que estaba lleno de ronchas, lo puse en la camilla (que recuerdo que me acababa de llegar) y le puse los imanes, cuando se bajó de ella no tenía nada, lo vió su hermana, que había venido con él desde el colegio y me dijo “mamá, ¿le has hecho fotos del antes y después? , porque es alucinante….

Yo le contesté : “ Carmen, ¿cómo le voy a hacer fotos ?, yo sólo pensaba en aliviar a tu hermano…

Mi marido que estaba muy cerrado a todo esto (él es ingeniero) sufría de migrañas desde hacía muchísimo tiempo, sólo se le aliviaba algo con unas pastillas que se llamaban “Tonopan”, pero las retiraron del mercado, un día que ya no podía más y no tenía la opción de las pastillas, porque ya no las vendían, me dijo: “Bueno, ponme los imanes, pero sólo para ver si me alivia el dolor de cabeza, porque es insoportable…”, Lo traté con Biomagnetismo y le desaparecieron las migrañas, él no se lo podía creer, porque era a diario el dolor de cabeza, le empezaba sobre las 10 de la mañana, según él me contó y como no se tomara la pastilla, ya le duraba todo el día e iba en aumento. Desde ese momento empezó a ver el Biomagnetismo con otros ojos, ya no era “una de mis locuras”…me ayudó a recopilar y a transcribir los datos de mi trabajo de prácticas para la Universidad y me acompañó al examen final que duró más de 5 horas, en el aula magna del Centro Universitario María Cristina del Escorial. Me gradué y no he dejado de formarme con distintos maestros tanto de la Universidad como de la familia Goiz.

Mi mente me decía que hasta que no estuviera bien preparada, no podía dar terapia de manera profesional, pero la Vida me presentaba situaciones que no podía eludir . Por ejemplo , mi compañera de la oficina de seguros , que siempre se traía fruta para el desayuno, resulta que toda la fruta le empezó a dar alergia y sólo podía tomar manzana , pero en unos días ni siquiera manzana, había ido a varios médicos y no se le había solucionado el problema, me dijo ¿Me podría ir bien esa terapia de imanes que has estudiado?, yo le dije: podemos probar , yo creo que sí; vino a casa, la traté y se le quitaron todas las intolerancias….¡.ya podía comer de todo!. Así

empecé a ver a personas cercanas , fuera de la familia: A la hija de una amiga que tenía psoriasis, a otra amiga mía con insomnio, a otra con placas en la garganta, otra con problemas de estómago…el “boca a boca “ se fue extendiendo y ya no podía dar la terapia en casa , así que me surgió la oportunidad de darla en el Centro donde había estudiado Reiki y también en otro Centro más, que por cercanía de casa me venía mejor.

No he hecho hasta ahora ninguna publicidad, ni me he mostrado en Redes Sociales. Sólo lo estaba aplicando en “petit comité”. Ahora he dado el paso porque veo que no me lo puedo quedar sólo para mí o para un círculo pequeño de personas. En mí supuso una Gran Transformación.